El honor no es algo cómodo.
Exige todo lo que tienes,
todo lo que eres, todo lo que puedes hacer.
Te envuelve como una cadena.
sólo puedes adelantarte donde otros corren.
Sin embargo, esa cadena te sostendrá
cuando otros tropiecen y caigan.
Te limita, como la pérdida de una extremidad;
Llegas a tu límite, te quedas corto
criado por la limitación del honor.
y sin embargo, esta limitación te afila más,
como una herramienta que debe ser afilada para trabajar,
ya que cada afilamiento
supone la eliminación de algunos de entre nosotros.
Señor de honor, tú cuyo nombre invocado
sella ofertas sin pensar en hacer trampa,
tú cuya palabra es ley y la ley es tu voluntad,
tú que nunca tienes miedo de hacer lo que se debe hacer,
incluo cuando no hay duda de que habrá grandes pérdidas,
¡Ojalá que todos tengamos la mitad del acero que yace en ti,
oh, guerrero con una sola mano, en tu espina dorsal,
en tu mano y en tu alma!
(El hidromiel es pasado de unos a otros por alguien que ha sido elegido, y cuando lo pasa dice: “que el honor te ate”, y el otro deberá responder: “Que el honor te encuentre”. El resto se vierte como una libación.)
ALTAR: Sobre tela roja, dos espadas alineadas en una fila, un cuerno de hidromiel y un solo guante)
ELEMENTO: Fuego y aire.
OFRENDAS: Acepta una promesa que sea poco conveniente para ti, que te limite y te cueste cumplir.
COMIDA DEL DÍA: Carne roja.
