Íslendingasögur: cuando matar a tu vecino era parte del tejido social

¿Qué son las Íslendingasögur?

Las Íslendingasögur, o “Sagas de los islandeses”, son relatos medievales escritos en prosa, principalmente entre los siglos XIII y XIV, que narran las vidas de islandeses del siglo X. O sea: literatura escrita por tipos con túnica y pluma, sobre sus antepasados que usaban túnica y espada.

Son como los recuerdos familiares que te cuenta tu abuela… si tu abuela fuera una jurista con sed de sangre y excelente manejo del verso aliterado.

Y no hablamos de cuentos de hadas: nada de dragones ni princesas. Las sagas islandesas tratan sobre lo que realmente importa: agricultura, homicidios y propiedad privada.

> “Él le dio una mirada, y luego lo mató.”

— Resumen de la mitad de las sagas, con leves variaciones.

El contexto: Islandia, siglo X.

Un grupo de noruegos, cansados de los impuestos, el rey y las malas vibras, se exilia a una isla volcánica donde hace frío, no crece un solo árbol, y los únicos animales disponibles para la épica son ovejas y gansos. Allí fundan un experimento legal sin monarquía llamado el Alþingi (que aún existe), donde se reunían una vez al año a debatir leyes, resolver homicidios y chismear como en la peor cena de Navidad.

La sociedad era violenta, pero con reglas. Si alguien te ofendía, lo podías demandar. O matar. Pero con un formulario previo.

¿Por qué son tan peculiares?

Porque tienen una combinación rara y gloriosa de:

Narración hiperobjetiva (estilo IKEA pero con sangre).

  1. Diálogos secos como el clima.
  2. Estructuras familiares tan complicadas que requieren árbol genealógico y posiblemente software de genealogía.
  3. Y una seriedad absoluta, incluso cuando lo narrado es, objetivamente, un episodio de “Vikingos hacen el ridículo”.

Veamos un ejemplo de la lógica narrativa:

> Capítulo 12:

Þorsteinn miró a Eirik y dijo: “Has entrado en mi campo.”

Eirik dijo: “He venido por leña.”

Þorsteinn dijo: “No hay leña aquí.”

Eirik: “Entonces me voy.”

Þorsteinn lo mató.

Y uno pensaría que esto es un giro dramático. Pero no: los siguientes tres capítulos son sobre cómo la familia de Eirik contrató a un abogado (también llamado Þorsteinn) y se fueron a juicio. El juicio duró más que la pelea.

Personajes: ni héroes ni villanos. Solo islandeses.

Egil Skallagrímsson: El poeta-guerrero más famoso de Islandia. Se cree que fue el primer niño islandés en cometer homicidio y recitar poesía en la misma tarde. Su habilidad para matar enemigos solo era superada por su talento para escribir insultos con métrica.

> “Compuso un poema tan devastador que el rey no lo ejecutó. Porque era hermoso.”

— Egil’s saga, subtítulo alternativo: Versos o violencia.

Njáll el sabio: Hombre de leyes, experto en mediación, y completamente incapaz de evitar que todos sus hijos y amigos se maten entre sí. Su saga es una especie de tragicomedia legal donde los intentos por mantener la paz terminan sistemáticamente en incendios.

Grettir el Fuerte: Básicamente el Hulk del siglo XI. Luchó contra fantasmas, bandidos y su propia mala reputación. Terminó exiliado por ser demasiado él mismo.

Temas: venganza, ley, ovejas.

Las sagas funcionan como telenovelas jurásicas con normas jurídicas. Aquí no hay redención emocional, ni moralejas evidentes. Solo hechos secos como piedra pómez:

> “Þorbjörn murió como vivió: sin pedir permiso.”

Las emociones son escasas y escondidas como volcanes dormidos. ¿Un personaje pierde a su hijo? Tal vez diga: “Eso fue desafortunado.” ¿Le queman la casa con su familia dentro? “No fue lo ideal.”

Pero si alguien pisa tu campo sin permiso, ahí sí: 47 capítulos de drama, denuncias cruzadas y poesía ofensiva.

¿Por qué leerlas hoy?

Porque las sagas nos muestran un mundo donde la ley era sagrada, la palabra tenía peso y, si no cumplías tus promesas, te apuñalaban. Literalmente. Son obras realistas mucho antes del realismo, modernas en su estructura narrativa y completamente impasibles frente al caos.

También, porque nadie te va a explicar mejor cómo fundar una sociedad funcional sin Estado ni rey… y luego arruinarla por discutir sobre un hacha.

> “La historia de Islandia es la historia de cómo no tener rey no te salva de ser un desastre.”

Lecturas recomendadas para los valientes (y masoquistas):

Njáls saga: la cumbre del derecho islandés y el incendio como forma de resolución de conflictos.

Egil’s saga: si Homero hubiera tenido resaca y un hacha.

Grettis saga: para quienes creen que la mala suerte no existe.

Laxdæla saga: ideal para quienes disfrutan del amor no correspondido, el drama pasivo-agresivo y los duelos innecesarios.

Fuentes serias para un tema que no se toma en broma:

Ármann Jakobsson (2007). The Routledge Research Companion to the Medieval Icelandic Sagas.

Jesse Byock (1990). Viking Age Iceland.

https://sagadb.org: La base de datos de las sagas, gratis y sin riesgo de exilio.

Las Íslendingasögur no son solo literatura medieval

Son manuales de cómo ser extremadamente civilizado mientras resuelves tus conflictos con cuchillos.

Son historias de seres humanos que no necesitaban exagerar sus dramas, porque la vida ya era un caos.

Y si no te convence nada de esto, al menos podrás decir en la próxima cena:

> “He leído literatura islandesa del siglo XIII. ¿Tú qué has hecho esta semana?”

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