1. TROLLDOM: MAGIA FUNCIONAL, HISTORIA DOCUMENTADA, REALIDAD INCÓMODA
Trolldom no es religión, ni espiritualidad new age, ni autoayuda con estética rúnica. Es magia popular escandinava de aplicación práctica, desarrollada y utilizada desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Su raíz está en el verbo nórdico antiguo trolla, que significa «hacer magia, conjurar, hechizar». Se encuentra documentada en grimorios rurales como el Black Book of Elverum y los svartkonstböcker suecos. Estos textos no especulan: instruyen.
Sus funciones eran concretas y orientadas a la supervivencia:
Curar enfermedades
Proteger el ganado o las cosechas
Causar daño a enemigos mediante maleficios
Atraer amantes o asegurar nacimientos exitosos
No era una práctica simbólica o filosófica, sino una técnica social. La magia se aplicaba, no se idealizaba.
El sincretismo cristiano existía, pero no en la forma habitual. A menudo, símbolos y oraciones cristianas eran subvertidos: se recitaban al revés, se utilizaban apóstoles como entidades mágicas en contextos no dogmáticos, y se combinaban con nombres arcaicos, galdr y runas transmitidas oralmente.
Aquí no hay Æsir ni Vanir actuando como guías místicos. Hay una estructura práctica, con técnicas medibles y objetivos definidos.
Fuentes:
Gustav Hultkrantz, Nordic Folk Magic
Claude Lecouteux, The Tradition of Household Spirits
Will-Erich Peuckert, Pagan Rites and Folk Magic in Northern Europe
2. THURSATRÚ: FICCIÓN POSMODERNA CON DISFRAZ PAGANO
El Thursatrú, o culto moderno a los thursar/jötnar, no tiene raíces históricas ni respaldo textual en la religiosidad nórdica precristiana. Es un producto contemporáneo que emerge en foros de ocultismo de las décadas de 2000–2010, influenciado por el gnosticismo caótico, el simbolismo luciferino y una estética derivada de la cultura alternativa.
¿Qué dicen las fuentes históricas reales?
Los thursar y jötnar eran fuerzas del caos y la destrucción. En la Völuspá, aparecen al principio del cosmos como entidades hostiles y al final como responsables del colapso cósmico en el Ragnarök.
No hay templos, rituales ni cultos ancestrales dedicados a estos seres.
Honrarlos no representa sabiduría alternativa ni libertad espiritual. En el contexto nórdico original, estos entes simbolizaban desorden, ruina y desequilibrio. Fundar un culto a ellos bajo el argumento de que “también son parte del todo” no representa una reconstrucción religiosa, sino una invención moderna con tintes simbólicos oscuros.
Fuentes académicas clave:
Rudolf Simek, Dictionary of Northern Mythology: “Los jötnar eran enemigos de los dioses, no figuras veneradas.”
Terry Gunnell, Performance and Norse Religion: “No hay evidencia de prácticas religiosas centradas en los gigantes.”
Olof Sundqvist, An Arena for Higher Powers: “La religiosidad nórdica era pragmática, no simbólica ni nihilista.”
3. CONCLUSIÓN: ENTRE LA VERDAD DOCUMENTADA Y LA FICCIÓN MÍSTICA
El Trolldom es una tradición mágica real, con documentación histórica, técnicas comprobables y aplicación directa en la vida cotidiana. No depende de creencias modernas, sino de prácticas funcionales transmitidas durante siglos.
El Thursatrú, en contraste, es una creación esotérica contemporánea sin base en la religiosidad nórdica original. Es una representación estética e ideológica alejada de las fuentes históricas reales.
Si alguien elige seguir ese camino, es libre de hacerlo, pero debe asumir que se trata de una construcción personal moderna, no de una herencia ancestral nórdica.
La historia no necesita fe, necesita precisión.
Esto es documentación, filología y análisis etnográfico.
Lo demás, aunque creativo, no puede presentarse como verdad histórica.
