En la noche más larga, cuando Yule extiende su manto de escarcha,
Odín cabalga primero, con un ojo en el mundo y otro en lo oculto,
tejiendo destinos en el viento que sopla entre los nueve reinos.
Tras él avanza Thor, guardián del trueno,
cuya ira despierta a los gigantes dormidos
y cuya fuerza sostiene los pilares del cosmos.
Padre y hijo, distintos como sombra y tempestad,
pero unidos por la sangre divina y el juramento ancestral
de proteger el equilibrio cuando la luz se apaga.
El padre, sabio tejedor de runas,
abre caminos para que las almas viajen sin miedo;
el hijo, escudo de los mortales,
parte en dos la oscuridad con el golpe ardiente de Mjölnir.
En Yule, cuando el invierno parece devorar al sol,
Odín convoca a los espíritus que retornan
y los guía con su lanza brillante como un faro entre mundos;
mientras Thor ruge contra las fuerzas que acechan,
rompiendo hielo, duda y sombra,
protegiendo hogares y fuegos sagrados.
Y así, en la noche profunda donde todo calla,
Padre y Trueno caminan juntos:
uno guardando el alma del tiempo,
el otro defendiendo el latido del mundo,
y en su alianza —más antigua que los dioses,
más feroz que el invierno—
la luz renace.
Escrito por RdM
